69 CONGRESO AEP. Libro de comunicaciones
519 ISBN: 978-84-09-57975-4 ÁREA DE ESPECIALIDAD Nefrología Pediátrica #700 COMUNICACIÓN ORAL ¿Se debería establecer un cribado de alteraciones renales en pacientes con síndrome de Down? Gema Hurtado Sáez , Daniel Doval Calvo , José Eugenio Cabrera Sevilla , Daniel Calvo Martínez , Ana Lorente Nicolás , Juan David González Rodríguez , Andrea Moreno Herrrea , Lucía Samperiz Sinovas Hospital Santa Lucía, Murcia INTRODUCCIÓN Y OBJETIVOS Las anomalías del desarrollo del parénquima renal se engloban en el término CAKUT y forman parte de las mal- formaciones asociadas al síndrome de Down (T21). Consti- tuyen el cuarto defecto congénito más común en T21, con prevalencias entre 0,03-3,2% al nacimiento. También se ha informado mayor frecuencia de patología renal y del tracto urinario que se desarrolla porteriormente en la vida de estos individuos, con probable infradiagnóstico y evolución a en- fermedad renal crónica. Pese a ello, no existen recomenda- ciones específicas de seguimiento/estudio nefrourológico en todas las guías actuales de T21. Así, se plantea como objetivo evaluar el potencial beneficio de la instauración de un sistema de cribado, revisando los pacientes de nuestro centro y la bibliografía publicada. MÉTODOS Se realiza una revisión bibliográfica y un estudio obser- vacional retrospectivo descriptivo. Se incluyen los pacien- tes en seguimiento en las consultas de pediatra de nuestro centro. Se evalúa la presencia de alteraciones ecográficas renales, los valores de creatinina o cistatina C con estima- ción del filtrado glomerular (FGe), la albuminuria y la presen- cia de infecciones de orina (ITU)y trastornos miccionales. Se analiza mediante el programa estadístico spss, utilizando pruebas no paramétricas para el análisis. RESULTADOS Se incluyen 41 niños con T21. La mediana de edad de es de 4 años (1-10) en el momento del estudio analítico y/o ecográfico. En 32 pacientes se realiza control ecográ- fico y se observan alteraciones renales ecográficas en 8 (25%). Disponemos de mediciones de Cr plasmática en 38 de los 41 registros. De éstos, es posible realizar el FGe en 30, con una mediana de 97 ml/min/1,73 m 2 (89-106). El FGe por cistatina C, determinada en 7 pacientes, es de 92 ml/min/1,73 m 2 (82-101). Conta determinación de albumi- nuria en 3 pacientes, siendo normal en todos. Se estima FGe <90 ml/min/1,73 m 2 en 13 pacientes de 30 analizados (43%), sin relación con hallazgos ecográficos. Respecto a la incidencia de ITU y trastornos miccionales no existen datos fiables. CONCLUSIONES La bibliografía publicada muestra clara asociación entre T21 y CAKUT. Nuestra revisión revela que 1⁄4 de los pacien- tes presentan alteraciones ecográficas y no en todos existe un estudio nefrourológico adecuado. Además, hasta en un 43% de los pacientes se evidencia algún grado de ERC, in- cluso en aquellos sin alteraciones ecográficas, aunque no se ha determinado el tamaño y volumen renal ni realizado un estudio básico de funcionalismo renal (osmolalidad urinaria máxima y albuminuria) en la mayoría de los pacientes. Por tanto, parece razonable establecer un protocolo de segui- miento renal en los pacientes con T21.
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