69 CONGRESO AEP. Libro de comunicaciones
1006 ISBN: 978-84-09-57975-4 ÁREA DE ESPECIALIDAD Urgencias pediátricas #231 PÓSTER SIN DEFENSA Paresia de VI par craneal como única manifestación de hipertensión intracraneal idiopática Berta De Urquia Maynes 1 , Irene Cinta Barceló Carceller 1 , José M.ª Valle-T-Figueras 1 , Eulàlia Turón Viñas 1 , Anna Perona Martínez 1 , Marta Mascaró Ginard 1 , Sean Percival Yeh 2 , Xoan González Rioja 2 Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, Barcelona INTRODUCCIÓN La hipertensión intracraneal idiopática (HICI) o pseudo- tumor cerebral es un síndrome caracterizado por una pre- sión intracraneal elevada en ausencia de lesión focal, proce- so infeccioso o hidrocefalia. Se trata de una afección grave que puede conllevar importantes secuelas neurológicas. Los síntomas presentados pueden ser muy variados y es vital el diagnóstico precoz. RESUMEN DEL CASO Paciente varón de 15 años que acude al Servicio de Urgencias por dolor ocular y disminución de movilidad del ojo derecho de 48 horas de evolución. El paciente niega cefalea, vómitos u otra sintomatología acompañante. A la exploración neurológica únicamente destaca paresia del VI par craneal derecho que condiciona diplopía horizontal. Es valorado por Oftalmología, observando papiledema bilate- ral. Se realiza una tomografía computarizada que descarta proceso expansivo intracraneal. La punción lumbar confirma un aumento de la presión de apertura (42 cm H 2 O), con aná- lisis del líquido cefalorraquídeo (LCR) sin alteraciones, por lo que ante diagnóstico de HICI se inicia tratamiento con ace- tazolamida oral. CONCLUSIONES La HICI juvenil es una entidad infrecuente. Es una pa- tología que precisa un diagnóstico e inicio de tratamiento precoz, dada su gravedad y el riesgo de secuelas neurológi- cas que conlleva. Conocer la sintomatología asociada para su sospecha clínica resulta de gran utilidad. La cefalea es el síntoma más común (84-92%), aunque sus caracterís- ticas son inespecíficas; seguida de pérdida de visión tran- sitoria (68-72%), acúfenos pulsátiles (52-60%), fotopsias (48-54%), dolor lumbar (53%), ocular (44%), cervical (41%), diplopía (18-38%) típicamente por parálisis del VI par cra- neal y pérdida de visión mantenida (26-32%). Ante esta sintomatología, debemos sospechar una hi- pertensión intracraneal y realizar un fondo de ojo para es- tudiar la presencia de papiledema bilateral, signo distintivo de la patología. Si fuera confirmado, debe realizarse una prueba de imagen urgente para estudiar la posibilidad de un proceso intracraneal. Si se descarta, se debe objetivar la presión de apertura del LCR con una punción lumbar, siendo diagnóstico de hipertensión intracraneal una presión supe- rior a 28 cmH 2 O. Junto con la exclusión de posibles etiolo- gías secundarias, se confirma el diagnóstico de HICI. Los tratamientos disponibles hasta el momento persi- guen disminuir la sintomatología y preservar la visión. En pacientes sin afectación visual y leve sintomatología puede realizarse monitorización y control ambulatorio, mientras que en pacientes con sintomatología importante, sobre todo visual, deberá iniciarse tratamiento inmediatamente con inhibidores de anhidrasa carbónica, como la acetazo- lamida. En pacientes con un rápido empeoramiento debe- rá evaluarse la necesidad de añadir tratamiento diurético, glucocorticoide o realizar punciones lumbares seriadas y/o colocación de shunt lumboperitoneal.
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