68 CONGRESO AEP. Libro de comunicaciones
735 ISBN: 978-84-09-42146-6 ÁREA DE ESPECIALIDAD NEONATOLOGÍA 2, 3 y 4 de junio de 2022 #909 ESTÁNDAR Defectos congénitos de pared abdominal: qué podemos esperar en pacientes con gastrosquisis y onfalocele Lucía Harillo Becerra, Alfonso Lendínez Jurado, M.ª Gracia Espinosa Fernández, Javier Blasco Alonso, Celia Gómez Robles Hospital Regional Universitario de Málaga, Málaga INTRODUCCIÓN Y OBJETIVOS Los defectos congénitos de la pared abdominal son una urgencia quirúrgica neonatal, siendo la gas- trosquisis y el onfalocele los más frecuentes, 1/4.000- 5.000 y 1/6.000-9.000 nacidos vivos afectados respec- tivamente. MÉTODOS Estudio descriptivo retrospectivo de recién naci- dos con onfalocele o gastrosquisis tratados en nues- tro centro entre enero 2008 y enero 2022. La pobla- ción de referencia estimada fue 214.924 RN vivos. RESULTADOS Se incluyeron 27 pacientes (70,4% varones): 8 on- faloceles y 19 gastrosquisis, 17 simples y 2 con necro- sis intestinal parcial. El 58,3% eran madres primípa- ras, con edadmedia de 27,9±6,3 años. No antecedentes de malformaciones previas ni consumo de tóxicos durante gestación. Diagnosticados prenatalmente 70,3% (15 gastrosquisis y 4 onfaloceles), con edad ges- tacional (EG) mediana de 19,7 semanas (RIQ 12-30). La mayoría (74,1%) nacieron por cesárea electiva, con edad gestacional de 35,3 semanas (RIQ 34-38) y todos con peso adecuado a la EG (2,39±0,7 kg). Asociaron: 1 quiste renal, 1 criptorquidia, 1 hidronefrosis, 1 atresia ileo-colónica, 1 malrotación intestinal, 1 hipoplasia pulmonar y 4 cardiopatías menores sin diferencias estadísticamente significativas entre onfaloceles y gastrosquisis. La cirugía fue en un solo tiempo en 18 caso; 4 pre- cisaron colocación de malla y reducción total poste- rior, y 5 de ellos enterostomía con cierre diferido. La primera intervención ocurrió a los 2 días (RIQ 1-2) y la segunda a los 18 días (RIQ 16-65,5). Solo en gastros- quisis existieron complicaciones: 2 enterocolitis ne- crosantes, 2 pseudoclusión intestinal, 1 fístula ente- ro-cutánea, 2 necrosis intestinal, 6 colestasis multifactoriales, 5 sepsis nosocomiales y 3 cumplie- ron criterios de fracaso intestinal por síndrome de intestino corto. La nutrición enteral se inició a los 11 días (RIQ 5,25- 17,5), siendo completa a los 25 días (RIQ 14-48), exis- tiendo diferencias significativas entre onfaloceles (3,6±1,7 días de inicio y 8,7±4,7 para completa) y gas- trosquisis (15,7±11,2 y 36,4±26,4 respectivamente); el 52% recibió lactancia materna, 32% fórmula elemen- tal y 16% fórmula adaptada. La nutrición parenteral se mantuvo 24 días (RIQ 12,5-46), significativamente mayor en gastrosquisis (35,3±26,5 vs 12,8±16,3). El tiempo medio de ingreso en neonatología fueron 45 días (RIQ 20-57), con estancia en UNCE de 27 días (RIQ 7-32), significativamente mayor en gastrosquisis (38,4±5,6 días) versus onfaloceles (5,6±3,5 días). Falle- cieron 3 pacientes. CONCLUSIONES En contraposición con la literatura, en nuestra se- rie se describe mayor incidencia de gastrosquisis. La comorbilidad y la estancia en cuidados intensivos re- sulta menor en el onfalocele, con destete más precoz de la nutrición parenteral. El diagnóstico prenatal es fundamental para proporcionar cuidados adecuados al nacimiento que reduzcan las complicaciones aso- ciadas.
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