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56 ISBN: 978-84-09-42146-6 ÁREA DE ESPECIALIDAD  ATENCIÓN PRIMARIA-PEDIATRÍA EXTRAHOSPITALARIA 2, 3 y 4 de junio de 2022 #847 CASO CLÍNICO “A mi hijo le ha salido un lunar en la pierna”: angioqueratoma solitario. A propósito de un caso M.ª Teresa Navarro Esteban , Francisco Hernández Fuentes , Francisco Gómez Puche , Pablo Párraga Avilés , Elisa Pino Ruiz Hospital Universitario Virgen de la Arrixaca, Murcia INTRODUCCIÓN Dentro de las lesiones vasculares benignas cutá- neas se encuentra el angioqueratoma solitario, poco frecuente en la infancia, pero que debe ser tenido en cuenta. Se trata de lesiones localizadas en la dermis superficial, compuestas por grupos de vasos capila- res dilatados, asociados a una reacción epidérmica con acantosis e hiperqueratosis. Suele aparecer entre la segunda y cuarta década de la vida, y rara vez antes de estas edades. Afecta de forma similar a ambos se- xos. RESUMEN DEL CASO Presentamos el caso de un escolar de 12 años que consulta en su centro de salud por aparición de una lesión papulosa de base violácea con superficie ve- rrugosa en cara posterior de muslo izquierdo de 1 mes de evolución. El paciente no refiere antecedentes personales ni familiares de interés. La madre del pa- ciente refiere aparición de la lesión inicialmente como una mácula que posteriormente progresó a pápula con desarrollo de la superficie verrugosa ac- tual de color negruzco. La lesión es levemente dolo- rosa a la palpación. No recuerda haber sufrido trau- matismo en la zona ni aparición de lesiones similares en otras localizaciones. El paciente se ha mantenido asintomático desde el inicio del cuadro. A la derma- toscopia se aprecia lesión de aspecto vascular, con múltiples lagunas negras en la superficie, lo que hizo sospechar el diagnóstico de angioqueratoma. El resto de la exploración física fue normal. Durante el segui- miento la lesión se mantiene estable con mínima re- gresión y sin aparición de nuevas lesiones, por lo que se manejó de forma conservadora. CONCLUSIONES Y COMENTARIOS El angioqueratoma es una lesión vascular benig- na, que se manifiesta como una pápula rojo-violácea o negra de 2-10 mm de tamaño como en nuestro caso, con superficie verrugosa. Existen cinco formas clíni- cas, siendo la más frecuente la forma solitaria, aun- que de presentación rara por debajo de la segunda década de la vida. Se suele localizar en extremidades inferiores y, aunque la fisiopatología es desconocida, parecen estar relacionados con traumatismos en la zona. La importancia de estas lesiones se debe a que en su presentación generalizada (glúteos, periumbili- cales, genitales y de extremidades inferiores) se debe descartar enfermedad de Fabry, aunque no son pa- tognomónicos. También se debe hacer diagnóstico diferencial con otras lesiones como nevus melanocí- tico, nevus de Spitz o melanoma maligno, siendo la dermatoscopia esencial en estos casos. El tratamien- to sería la extirpación, electrocoagulación o ablación con láseres vasculares en caso de que produjese pi- cor o quemazón importante.